De otros tigres
Mientras Tigre imagina qué bonito es Panamá y vive su aventura, existen otros tigres que las protagonizan sin necesidad de imaginarlas. Un ejemplo podríamos encontrarlo en las selvas de India, donde Shere Khan, el Señor tigre en farsi, parece ser el rey. Este nuevo tigre ficcional es el agresivo y orgulloso protagonista, entre otros, de El Libro de la Selva, escrito por el autor británico Rudyard Kipplin. En su novela Shere Khan está lisiado y su imagen conecta con la idea popular recurrente en la literatura de que sólo los tigres heridos atacan a los humanos, por lo que el felino se sirve de las dotes de manipulación para lograr sus objetivos. Shere Khan odia a Mowgli, un niño huérfano que se ha criado en la selva por lobos salvajes y a quien el tigre cojo quiere hacer desaparecer.
¡Qué bonito es Panamá!
Existen otros tigres que, aunque no son imaginarios, son buenos amigos y provocan la imaginación de sus compañeros. El pequeño tigre protagonista de ¡Qué bonito es panamá!, por ejemplo. Tigre, a quien siempre acompaña un pequeño tigre-pato de juguete que recuerda al añorado amigo imaginario, se lanza sin miedo junto a su amigo real Oso en busca de el que, según ellos, es el país más bonito del mundo. Ambos realizan un viaje fantástico, impulsados por la confianza en el otro y la creencia de que el lugar está cerca y que encontrarlo es prioritario.
De tigres y niños
Otro regalo que sobrevive al paso del tiempo son los cómics de Calvin y Hobbes. Calvin es un niño impulsivo, travieso y muy curioso que tiene como amigo imaginario a un tigre, Hobbes (el muñeco de trapo cobra vida a su lado). Ambos protagonizan las historietas del genial dibujante de cómic estadounidense Bill Watterson desde 1985. En sus tiras cómicas, Watterson se sirve de la ironía para retratar las posibilidades de la imaginación infantil dentro del marco de la cotidianeidad familiar y de la realidad que comúnmente rodea a un niño de clase media norteamericana del siglo XX. Su obra es una crítica a la sociedad en la que Calvin habita pero tratada con humor. El uso que hace de este recurso -materializado en las travesuras del protagonista, en sus innumerables formas de evasión mental, en sus conversaciones con Hobbes- junto a la sintaxis y concreción de sus tiras y el uso de la intertextualidad, aportan a este género una mayor complejidad y varios niveles de significación dentro de la misma lectura.
Tigres de otra noche
Tigres de la otra noche es un poemario en verso libre con carácter narrativo escrito por la autora mejicana María García Esperón. El libro recibió el premio que organiza la Fundación para Las Letras Mexicanas, en continua búsqueda de creaciones artísticas dirigidas a un lector infantil. El protagonista de este cuento es un niño que busca metafóricamente a su querido amigo imaginario, en este caso el tigre que dormía bajo su almohada y a quien ahora no logra encontrar. Parece ser que el niño ya ha crecido, abandonando a su compañero viejo y cansado, y ahora lo invoca a través de sus sueños y recuerdos. Es la vuelta a la infancia, una reflexión sobre lo que un día fuimos y la búsqueda del resquicio de imaginación dentro de nosotros.
Así, con una poesía sencilla, apenas veinte versos ilustrados de forma intencionadamente feísta, como el dibujo infantil, la autora rinde un homenaje a Borges y a su tigre. Para el autor argentino, el felino simbolizaba el implacable paso del tiempo mientras que para García Esperón es un símbolo de la imaginación infantil, perdida por la misma fuerza que arrasa a su paso.
Amigos imaginarios
Tyger, tyger, burning bright
In the forest of the night
What immortal hand or eye
Dare frame thy fearful symmetry?
The tyger. William Blake.
Dicen que la razón por la que algunos niños necesitan la compañía de un amigo imaginario es la soledad pero yo prefiero pensar que sólo se trata de un juego más: una forma de evasión. Un lugar aburrido que se cambia por un viaje emocionante ¿Quién no se apuntaría?
El tigre, por ejemplo, puede ser un buen compañero para nuestra aventura. Encarna, por un lado, lo salvaje, el poder y la belleza. Por otro lado, la literatura le retrata como un animal también solitario. De modo que el tigre fascina a la vez que enternece.
Para quienes hayan perdido a sus tigres de infancia, siempre habrá un buen libro que se los devuelva al menos durante un rato…